jueves, febrero 05, 2009

Si no hubiese llovido...

Ayer, nuevamente, el Sevilla FC demostró lo que se espera de él.

Un Sevilla entregado a su afición, un equipo que quería la pelota aunque el campo estuviera impracticable, un equipo que se dejó la piel en el campo (nunca mejor dicho)... pero sobre todo, un equipo que ilusiona.

Durante las 7 y las 8 horas de la tarde calló una tromba de agua en Sevilla, de las que no se recordaban en mucho tiempo. El Sevilla FC no quería jugar el partido, pero el Athletic, viendo que podría aprovechar esta gran ocasión para que el Sevilla no desplegara su fútbol, se opuso a la decisión de los sevillistas obligando al árbitro a elegir. Éste, al comentarle que pronto iba a dejar de llover, decidió arriesgar y posponiendo el partido, 15 mins más tarde, el partido comenzó a las 21 h 15 mins.

Que decir de la primera mitad, un juego propio de niños en el patio del colegio. Un fútbol muy poco vistoso, para que al filo del descanso, una vez más, a balón parado, recibió un nuevo gol, en el que Palop salió a por uvas, y Llorente no desaprovechó la oportunidad. Me encanta este jugador, para mí en la actualidad, es la cabeza y los pies de este Athletic.

En la segunda parte, el vendaval de aire y agua arreció, para dar paso al vendaval de buen juego sevillista. Gran parte de culpa fue de Lautaro Acosta, que entró en el descanso por Renato. Fue un asedio total, a la portería de Gorka Iraizoz (que por cierto, vaya partidazo se marcó el vasco).

El empate, lo hizo Duscher (que recordareis que ayer me referí a él, con elogiosas palabras, porque es un jugador fantástico y me encanta). No sólo contribuyó con su gol (que fue importantísimo), sino porque fue el dueño y señor del centro del campo. Recogió todos los rebotes, dió sentido al juego de su equipo... en definitiva, hizo un partidazo.

Y otro hombre clave, fue el ya mencionado, Lautaro Acosta, que es su primer gran partido desde que dejó el Lanus, y volvió a hacer disfrutar a su hinchada como lo hacía en Argentina. El "Laucha" en particular, y el sevillismo en general, fueron recompensados por insistencia, nuevamente, y en el descuento, un nuevo rebote quedó en las botas del argentino, que no volvió a perdonar.

Con este resultado estamos un poquito más cerca de la final de Valencia. Ahora sólo queda entregarlo todo en la catedral del fútbol, San Mamés, que será una caldera el 4 de marzo. Casi un mes queda para esa gran cita.

Ahora el otro equipo de la ciudad... Veo, veo; ¿qué ves? Una cosita muy bonita...

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