Un partido como éste estaba claro que era una prueba de fuego que se exigía ganar, si se quería estar entre los grandes. Os puedo asegurar que mi padre me ha enseñado muchas cosas, el bien o el mal. Él es un sevillista de pura cepa al que intento seguir sus pasos; cuando hay que animar es el que anima, pero cuando no hay que hacerlo, critica como el que más.Hoy él me ha vuelto enseñar verdades sobre esta vida, que a veces nos da la espalda y otras veces nos alegra la vida. Esta vida tan bonita y que yo creo que debemos aceptarla como un gran regalo.
Todo el mundo que se pasa por este simple blog que me ayuda a expresarme, sabe lo que ha pasado esta noche esta noche en el Pizjuán, el cual se ha vuelto a vestir de gala para llevar en bolandas al equipo nervionense hacia la victoria.
Gran parte del segundo tiempo (casi todo), el partido transcurrió en empate. Durante todo ese tiempo, mi padre creyó como el que más. Veía a nuestro equipo en semifinales si o si.Yo creía lo mismo, pero él estaba convencidísimo.
Aunque él también decía que si no pasabamos tampoco pasaba nada, porque era el Valencia el que nos hubiera eliminado. Cuando me lo dijo yo estaba demasiado metido en el partido y no lo tomé demasiado en cuenta. Ahora ya, después de todo, esas palabras me han hecho reflexionar y es que él lleva toda la razón.
Hemos pasado, sí. Estamos en semifinales, también. Pero, ¿y si no hubiera marcado Squillaci?¿Y si no hubieramos pasado?El Valencia es un equipazo mires por donde mires. Tiene una defensa de lujo, un centro del campo de arte, unas bandas de velocidad, y por suerte, no estuvo Villa, para mí el mejor delantero español en activo. Hablamos del cuarto clasificado de la mejor liga del mundo, que se dice pronto. Un equipo entrenado por un joven Unai Emery, al que le quedan todavía muchos palos.
Nos espera el Athletic Club Bilbao, de nuestro amigo Caparrós, que ya nos hizo un "favorcito" cuando entrenaba al Depor.
Sí señores estamos todos contentos, y la verdad es que yo no puedo disimularlo, no se si otros lo podran hacer. Pero yo no puedo, lo siento. Estoy radiando de felicidad. Este Nervión es una caldera en las citas grandes. Los biris han vuelto a demostrar que estan a la altura de todos.
Una cosa que no me ha gustado nada es que los minutos siguientes del gol de Marchena, se escucharon bastantes pitos. Se que lo más seguro fuera por disconformidad, pero pido por favor a esos señores, que pitan en el minuto 20 de partido, que se esperen al final del partido para expresar su desacuerdo. Creo que ha quedado bastantemente demostrado que animando se hace mucho más. Nervión no ha parado de echar el equipo arriba una y otra vez en ningun segundo del partido.Este artículo va dedicado a mi padre, y a todos aquellos que se hayan sentido identificados con él. Me ha demostrado que siempre hay que confiar.Y cuanto más confíe uno, más se acerca esa meta tan deseada.

Y sí, Sr Manuel Jiménez, no se te pueden discutir los números porque son impresionantes. Pero deje usted de poner a Mosquera. Puede que cualquier día en un futuro, éste sea un jugador que quite el sentido.
Por otro lado, felicitar al Racing, que no hay que quitarle méritos al equipo cántabro. Hizo un trabajo excelente en el rectángulo de juego que estuvo más de 60 minutos con un hombre menos con la expulsión de Óscar Serrano.
Les regalamos el partido a los de Emery. Cuando hay que ser crítico, hay que serlo. Como también, no hace falta que diga que el segundo gol sevillista fue en claro fuera de juego. No hay que saber mucho de este juego para interpretar esa acción.
De ahí al descanso, poquito más. En ese momento, el paso por los vestuarios de los nervionenses hizo ver la otra cara de la moneda. La entrada de Capel por Navas, y sobre todo una presión asfixiante de los sevillistas en 3/4 de campo, les hizo remontar al partido.
Al final , nos la jugaremos en el Ramón Sanchez Pizjuán, cita de grades ocasiones, cita donde las campeones se sienten realmente campeones. Estoy seguro de que si salimos a ganar nos plantaremos en las semifinales de esta copa del Rey.






